“Hay que pasar agosto“, solía decir mi madre. Y no solamente ella, el dicho era bastante común y creo que lo sigue siendo aún en día. La idea era un poco tétrica: si no te enfermabas, si lo pasabas bien, tenías casi asegurado un año más.
No tengo muy en claro a qué se debe esta sabiduría popular; quizás a que agosto es un mes largo, después de otro mes largo… O tal vez ya está llegando a su fin el invierno y hay que soportar este último mes de frío… ¡Vaya uno a saber!
Lo que les puedo contar es que un resfrío me está complicando pasarlo. Sí, seguramente no parece gran cosa, pero después de algunos años sin resfriados ni gripes, uno se mal acostumbra.
Sé que les he hablado hasta el hartazgo de los beneficios de llevar una alimentación totalmente veggie, pero ¡vuelta la mula al trigo!: no enfermar en los inviernos es otra ventaja. No más narices chorreantes, no más estornudos, ni laringitis, ni dolores de garganta.
No voy a ahondar en este tema (porque internet está plagado de informaciones pertinentes y de fuentes confiables) pero eliminar los productos lácteos de la alimentación reduce y/o elimina el exceso de mucosidad y las alergias asociadas al aparato respiratorio. Un mes sin leche ni quesos es más que suficiente para comprobarlo.
Y sí es tan así ¿cómo es que me agarré un flor de resfriado? Y bueno… Incorporar buenos hábitos alimentarios no implica que seas una luminaria, ni es a prueba de tontos que salen a caminar bajo la lluvia sin suficiente abrigo!!!
Así que acá estamos. Pero a no desesperar, tengo el té justo para superar las narices enrojecidas; y además la convalecencia permite ser un poco indulgente y deleitarnos con pancitos caseros un poco distintos
Tecito para pasar agosto
Si sentís que estás por resfriarte, o se trata de evitar una recaída gripal, este té es infalible:
- 2 rodajas de de jengibre fresco.
- 1 rodaja de limón.
- 1 ccucharadita de té de espigas de romero (si es fresco, mejor).
- 1 miel de agave (si necesitas suavizar la garganta) o stevia para endulzar.
- Y agua hirviendo cuantas veces sea necesario.
Y siendo indulgentes…
Estos pancitos no van a contribuir a que superemos el resfrío, pero son unos mimos que nos hacemos. Hoy vamos a hacer una receta de panes con trozos de verduras, porque también se trata de aprovechar lo que tenemos en casa; así que se te sobraron verduras de un salteado o del relleno del zapallo de la nota pasada: podés aprovecharla con un rico pan de maíz.
Pan de aceitunas y cebolla
Ingredientes

- 70 gr de aceitunas negras cortadas en cuartos.
- 1 cebolla grande picada en trozos chicos (en realidad estos dos ingredientes dependen de lo mucho que te gusten!).
- 500 gr de harina integral.
- 50 cm3 de aceite de oliva.
- 10 gr de levadura seca.
- 250 cm3 de agua tibia.
- Sal a gusto.
Primero mezclamos bien la harina con la levadura, después agregamos la sal, el aceite y el agua tibia. Integramos bien todo dentro de un bol y luego comenzamos a amasar. La idea es amasar hasta activar el gluten. Más o menos unos 8 a 10 minutos. Mientras vamos amasando, incorporamos los trocitos de aceitunas y de cebollas.
Hacemos un bollo y lo dejamos reposar por una hora, tapado con film y en un lugar tibio. Luego, lo amasamos un poco para quitarle el aire y le damos forma (a mi me encanta hacerlo como trenza, pero es a gusto de cada uno!) Dejamos reposar unos 15 minutos más ¡y al horno precalentado!
Pan de maíz y verduras
Ingredientes
- 200 gr de harina de maíz fina (paraguaya).
- 200 gr de harina de trigo integral.
- 200 cm3 de agua tibia.
- 50 cm3 de aceite de girasol.
- 100 gr de verduras precocidas.
- 5 gr de polvo de hornear.
- Sal a gusto.

Igual que en la receta anterior, mezclamos primero las harinas, el polvo de hornear y la sal. luego añadimos el aceite y el agua tibia de a poco. Amasamos un poco más de tiempo porque el harina paraguaya es más pesada y vamos incorporando las verduras.
Luego dejamos el bollo en un lugar tibio para que leude. Hay que tomar en cuenta que este pan va a levantar menos que el anterior, así que no esperemos el mismo tamaño.
Lo ponemos en un molde de budinera y al horno precalentado por 15 minutos aproximadamente.
Dos cositas
a) El tiempo de cocción del pan depende del horno que tengamos. Podemos dejarlo 15 minutos y probar con un chuchillo: si sale seco, ya está listo. O podemos hacer la prueba del perfume: cuando sentimos olorcito a pan horneado, está listo para sacarlo.
b) Para integrar más fácilmente las verduras, las espolvoreamos con un poco de harina, como si las estuviéramos empanando.
Ahora, un tecito caliente y pan recién horneado. La receta ideal para pasar el resfrío.
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