Navegar es una de esas actividades que te permiten formar parte del paisaje, sentís que caminas sobre el agua, vas más allá de todo, podes sentir la brisa fresca en la cara y mirar hacia abajo viendo como todo se va renovando. Podes mirar al horizonte con otros ojos, llenarte del entorno. Algo de eso es lo que experimento cada vez que me subo a un barco. La primera vez que lo hice fue en San Carlos de Bariloche, atravesamos el lago Nahuel Huapi hasta llegar a Puerto Blest en una travesía hermosa con paisajes increíbles, las montañas con sus picos nevados y el agua cristalina y fría. Así que cuando fui a México estaba decidida a experimentar esa sensación nuevamente, pero esta vez en el mar.
Fue de esta manera que decidí aventurarme en el mar Caribe para ir hacia un lugar soñado. Zarpamos a la mañana con un sol maravilloso, un día ideal para navegar. A unos 10 km de la Riviera Maya se encuentra la Isla Mujeres, una de las islas más bellas de la zona, lugar elegido por los mayas para que las mujeres tuvieran sus hijos, de allí viene el nombre de este poblado, que simboliza la fertilidad.
Allí se encuentra una importante barrera de arrecife de coral, por lo que es una de las zonas preferidas para los practicantes de snórkel y buceo. Es una experiencia maravillosa sumergirse en esas aguas, que son las más turquesas y cálidas de la zona, y contemplar de cerca la naturaleza, al entrar en contacto con una gran variedad de peces de todos los colores y tamaños.
Para llegar al pueblo se puede ir solamente en barco o ferri, partiendo desde el puerto de Cancún o Playa del Carmen. Para recorrer sus calles se puede alquilar un carrito como los que usan los golfistas, de esta manera se puede conocer el pueblo a fondo y andar por sus calles angostas o pasear por la Costanera. En ciertas épocas del año, es posible observar a las tortugas tener a sus crías, dado que es zona de nidos, de hecho hay señalética específica indicando este fenómeno.
El poblado de Isla Mujeres es muy pintoresco, con casas de todos colores, locales comerciales, paseos de artesanías y barcitos donde se ofrecen comidas típicas y cocina internacional. La música caribeña sale de los lugares invitando a pasar, pero algo que llamo mi atención fue la cantidad de negocios donde se escuchaba rock nacional y temas musicales “made in Argentina”, especialmente Soda Stéreo, Gustavo Cerati y Los Enanitos Verdes.
En cuanto a la arquitectura, predominan las casas pequeñas y bajas, muy coloridas. Hasta el cementerio municipal tiene muchos colores, algo muy común en México, ya que tienen una forma muy especial de honrar a sus muertos. El día de los muertos es considerado una fiesta, hablando con los pobladores nos contaban que ese día se acostumbra ir al cementerio a visitar a los seres queridos, llevarles regalos, comida, hasta incluso mariachis. En palabras de José, un vendedor muy simpático con quien pudimos conversar, “esta es una celebración muy distinta del Halloween, porque no es obscuro, es una fiesta, es una forma de recordar y acercarnos a las personas que queremos y que ya no están”.
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